dreamin' of Massu

QUÉ HUBOOOOO!!! (elevado a la potencia N)

Lo siento por regresar dentro de tantos meses, 4 para ser exactos, pero como todos, tengo responsabilidades y no me daba tiempo para escribir, pero al fin pude terminar de a poquitos este nuevo one-shot que, aunque es pequeño, ojala les guste y entibie algo este frío invierno en este lado del mundo (costas del pacifico sudamericanas aproximadamente), ya que es enteramente dulce y romántico, es decir, todo lo que en algún momento de nuestras vidas soñamos y anhelamos (y quien diga que no esta mintiendo). Bueno, también recordando y haciendo hincapié en que el pasado 4 de Julio –MI- Massusito cumplió 25 luceritos, así que por favor todos haced reverencia al dios supremo todopoderoso que es XDDD. Uyyy y ni les cuento todo lo que le he hecho por su B-day, se caerían de cabeza, de espalda, de trasero, de todo (yo como siempre soltando mis intimidades), y eso que le prometí 31 días seguiditos de celebración, osea, 31 días seguiditos de “eso que sus mentes pervertidas y llenas de ecchi están pensando en estos precios instantes”, pero eso ya lo contaré en otro one-shot XDDDD así que por ahora endulcémonos con (trrrrrr resuenan los tambores):

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MILUJU NAVŽDY PRODUCTIONS PRESENTS:

(~fall ~) in love

The 4^th. One-Shot.

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En algún lugar de cualquier lugar… A la hora de cualquier hora…

Tegoshi comenzó a bajar las escaleras hacia la planta baja de manera rápida y desesperada, sabía que Él estaría en el primer nivel ya que pudo verlo bajar segundos antes; quería verlo, así fuera de lejos, como siempre, pero esta vez poder verlo de lejos lo más cerca posible; “Quiero verlo, quiero verlo” se repetía a sí mismo una y otra vez mientras bajaba grada a grada de manera rauda, sólo tenía ese pensamiento que lo envolvía en ese instante, cuando, sin poder detenerse, chocó intempestivamente contra otra anatomía y ambos cuerpos se encontraron caídos y tendidos en el piso de aquel lugar. Tegoshi abrió los ojos y éstos sólo pudieron observar una mirada sobre la suya que desde hacía mucho quería ver lo mas detenidamente posible; los ojo de Él se encontraban encima de los suyos, el cuerpo de Él se encontraba encima del suyo, ambos tendidos en ese espacio en el cual nadie más perpetraba, en el cual sólo sus presencias estaban, ahí, uno sobre el otro de manera furtiva.

Tegoshi no podía ni respirar, no podía pronunciar palabra ni podía pasar saliva por su garganta, sus ojos con los de Él solo eran separados por las distancias de sus narices que se encontraban rozándose por la cercanía de sus individualidades; sus labios con los de Él sólo eran separados por ese calor que los envolvía con cada segundo que pasaba. En la mente de Tegoshi sólo se dibujaba ese instante, esa escena exactamente igual pero a la vez más profunda, más intensa, más suya. Era en esa escena de su mente que los dos estaban tendidos en un lecho, pero en vez de la casualidad los rodeaba la complicidad y las ansias de tenerse así el uno para el otro y de manera indefinida, y en esa escena es en donde Tegoshi podía pronunciar ese nombre con toda la dulzura que pudiera conocer y contener; “Masuda” decía una y otra vez sin dejar de mirarlo a los ojos mientras éste le correspondia con su mirada llena de sol. “Masuda” repetía, y repetía incansablemente…

…Incansablemente hasta que en ese instante tal palabra rompió el silencio que envolvía el momento de la realidad; “Masuda” se escuchó esbozar de sus labios, lo cual hizo que los ojos de este mostraran cierta sorpresa que Tegoshi sólo supo distraer con un “Disculpa”. Un “Disculpa” se escuchó también salir de los labios de Él, Tegoshi se ruborizó y sólo pudo responder con un “Sí” que emanó desde sus adentros de una forma tan suave y emotiva que causó que Él también se ruborizara. Los dos no se dejaban de mirar, de ver, de apreciarse, de observarse; no despegaban la mirada del otro. Tegoshi perdía la noción del tiempo y no le importaba en lo más mínimo; no sabía si habían pasado segundos, minutos u horas desde que se encontraban los dos tendidos uno sobre el otro, Tegoshi quería estar así tanto como pudiera, permanecer todo el tiempo que fuera posible con esa mirada invadiendo la suya de manera directa sin obstáculos ni detenimientos, sin embargo sabía que eso no podría suceder, echó la mirada hacia un lado y levantó su tronco del piso quedando sentado, luego comenzó a recoger los papeles que había llevado consigo y que quedaron regados en el piso. Masuda siguió el movimiento de Tegoshi y también comenzó a recoger los papeles. Cuando hubieron terminado ambos se levantaron y comenzaron a ordenarlos. “Ten” dijo Masuda mientras le entregaba a Tegoshi los papeles que había recogido del piso, éste sólo pudo balbucear un “Gracias” casi inentendible por la vergüenza que aún mantenía en sí por la situación que acababa de suceder.

Tegoshi comenzó a alejarse de tal lugar ya que aun no se podía recuperar de semejante suceso, no sabía si lo que había pasado era verdad o era un sueño, no sabía si ese hecho era parte de la ilusión que tuvo cuando estaba aun rodeado del cuerpo de Masuda; sonreía y se estremecía a la vez por lo que había sucedido, era algo que nunca se hubiera podido haber imaginado ni en su más grande sueño con él, con Massu, el chico del cual se quedó prendado desde que llegó a ese lugar y lo llegó a ver. “Massu… Massu…” balbuceaba aun sin estar en la realidad del todo, hasta que sintió una mano sosteniendo su brazo haciéndolo voltear, haciéndolo regresar hacia ese instante verdadero, y al reaccionar estaba nuevamente frente a ese rostro que en ese tan corto tiempo ya conocía de forma completa.

“Tegoshi, te llamaba pero no m contestaste” dijo Masuda de manera algo desentendida.

“Ehhh, si? Lo siento, no oí” contestó Tegoshi sorprendido y algo avergonzado.

“Te encuentras bien? Es que por la caída me quedé algo preocupado…” replicó Masuda.

“Sí, si, gracias, estoy bien…” replicño tegoshi

“Ehhh… Nos vemos entonces” dijo Masuda antes de alejarse y perderse entre los ambientes de aquel lugar.

Tegoshi regresó a sus labores y quedo adormecido por todo lo sucedido durante todo el tiempo que restó de su jornada, cuando en el medio de su andar a la hora de su salida se detiene en seco debido a una idea que estuvo dando vueltas en su cabeza durante todo ese rato y que no había podido darse cuenta; Masuda lo había llamado por su nombre, “Tegoshi” le dijo cuando lo abordó en el pasillo luego de haberse tropezado.

Este no lo podía creer, ya que nunca antes habían cruzado palabra alguna con él ni mucho menos tenían compañeros en común. “Cómo habrá sabido mi nombre?” se repetia. La idea no dejaba de darle vueltas en la cabeza y andaba mirando al frente sin mirar, cuando en medio de su camino nuevamente choca contra alguien, y sólo llega a escuchar “Tegoshi”. Este parpadea fuertemente logrando ver a Masuda frente a sí. Su pecho comienza a agitarse como cuando sólo lo veía de lejos a él y lo único que llega a pronunciar es su nombre, “Masuda” nuevamente, pero con la sensación igual y distinta en comparación con su caída furtiva. A partir de ese momento su camino dejó de marcarse sólo con dos pasos para comenzar a marcarse con cuatro.

~Fin.~